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El proceso, un modelo para armar
Guillermo Sánchez Trujillo Ensayista, escritor [ Autor de Crimen y castigo de Franz Kafka (2002), El crimen de Kafka. Caso cerrado (2006), El juego de Kafka : Desciframiento de "El proceso" (2011) y Los secretos de Kafka (2012). Es autor, también, de una edición crítica de El proceso (2005) ] -------------------------------------------------------------------------------- 1. El manuscrito Resulta que los capítulos de la novela se encontraban separados en sobres sin numerar, sin que se supiera a ciencia cierta cuál era su lugar en la novela y, algunos de ellos, decía Brod, estaban sin terminar. Entonces, Brod eliminó los capítulos que consideró inacabados y ordenó el resto según sus propios criterios. Fue así como El proceso apareció en la primera edición con sólo diez capítulos de los diecisiete de que constaban los manuscritos, en el siguiente orden: 1. Detención. Conversación con la señora Grubach. Luego la señorita Bürstner
[1] En la segunda edición publicada por la editorial Schocken en 1935, aparecieron en un apéndice los capítulos (cinco de seis) que no habían aparecido en la primera, donde se encuentran desde entonces. Brod no incluyó el capítulo "Un sueño" porque Kafka ya lo había publicado en la colección de cuentos titulada Un médico rural (1918). Apéndice de la segunda edición: Desde que se conoció el apéndice, los estudiosos de la obra han tratado de encontrar en qué parte de la novela van estos capítulos, pues así estén inconclusos, como se dice, es preferible que ocupen el lugar correspondiente y no que estén arrumados en un apéndice. El primer intento de ordenar El proceso provino de Herman Uyttersprot, quien, en 1953, propuso una revisión de la estructura de la novela. Según Uyttersprot, mediante un análisis de contenido era posible fijar temporalmente los capítulos e incidentes de forma suficiente, como para determinar su orden de sucesión. Pero nadie aceptó "la cronología completa y suficiente" desarrollada por él, empezando por Brod que encontró demasiado problemática la excesiva cantidad de conexiones. Después, otros académicos como Hans Elema (1977) y Christian Eschweiler (1988) propusieron sendas estructuras, que tampoco gozaron de la aceptación general de los académicos. Entre otras razones, se decía que mientras los manuscritos no estuvieran disponibles para los investigadores, cualquier intento que se hiciera no era más que mera especulación, pero los manuscritos eran inasequibles porque Brod los conservaba bajo llave sin permitirle a nadie que los revisara. Tras la muerte de Brod en1968, su secretaria Esther Hoffe heredó los manuscritos. En 1987, la señora Hoffe los consignó en Sotheby's para rematarlos en subasta pública, y allí los manuscritos de El proceso fueron adquiridos por al Archivo de Literatura Alemana en March, donde reposan actualmente. Pero tener los manuscritos de El proceso en la mano de poco sirvió al grupo de estudiosos que, con financiación del gobierno alemán, preparaba desde 1978 la edición crítica de las obras completas de Franz Kafka porque los capítulos no sólo estaban en sobres sin numerar sino que tres de los sobres contenían sendos legajos con varios capítulos escritos secuencialmente en un orden en apariencia arbitrario, que hacía de la estructura de la novela un verdadero enigma (fig.1). En 1990, apareció El proceso como tercer y último tomo de las novelas de la edición crítica alemana de las obras completas de Kafka, que terminó siendo una versión desmejorada de la edición de 1935. Sin embargo, la llaman la edición "definitiva". Edición crítica alemana de Fischer Verlag (1990) Apéndice de la edición crítica: A principios de 1995, la Editorial Stroenfeld decidió cortar por lo sano con una edición facsimilar de los manuscritos, en sobres aparte, como los originales, para que fuera el lector el que finalmente ordenara los capítulos como a bien tuviera. En el mismo año, Schocken Books volvió a publicar la edición de Brod llamándola también "definitiva", en un claro mensaje que decía "dejen la novela como estaba, que no se puede mejorar". En el 2002, el problema del orden de los capítulos de El proceso fue declarado "oficialmente" insoluble por el profesor alemán Reiner Stach en el segundo tomo de la biografía de Kafka, Los años de las decisiones:
Por primera vez, los kafkólogos estaban de acuerdo para no pensar más en esa pesadilla. 2. La estructura Tabla I. Orden secuencial relativo conocido
El flagelador Estos capítulos no hay manera de ubicarlos en el cuerpo central de la obra sin hacer suposiciones arbitrarias. Miremos el caso de "Fiscal", que Uyttersprot pone de primero, Eschweiler de segundo, Elema de séptimo, y Pasley (Edición Crítica Alemana) pasa del tercero al segundo lugar en el apéndice, por encima de "A casa de Elsa". Lo único que se puede afirmar con seguridad de la estructura de El proceso es que tiene 10 capítulos (primera serie) de 17 con un orden secuencial relativo conocido y los 7 restantes (segunda serie) desubicados en espera de encontrar un lugar definitivo en la novela. (Fig. 2)
La historia de las ciencias está llena de problemas tenidos por insolubles, que fueron resueltos con un simple cambio de punto de vista o con el desarrollo de un nuevo método. En el caso de los manuscritos de El proceso, el problema del orden de los capítulos sí tenía solución, pero no con los métodos tradicionales porque El proceso no es una novela tradicional, sino un palimpsesto y la solución estaba en el texto oculto, en Crimen y castigo, novela que Kafka utilizó a manera de código en su novela para encriptar fantasías y secretos de su biografía íntima. Para escribir El proceso, Kafka desmontó todas y cada una de las partes de Crimen y castigo y seleccionó los bloques que necesitaba para su propia construcción. De modo que la estructura de El proceso tiene la forma de un rompecabezas, cuyas piezas son los capítulos de Crimen y castigo de donde salen los capítulos de El proceso. El problema exigía un nuevo método para su solución, una especie de rayos X que permitiera ver la estructura interna de los capítulos de la novela para ensamblarlos y armar el rompecabezas. Dice Reiner Stach que "Si Kafka hubiera querido, con mala intención, complicar la vida todo lo posible a sus futuros editores, apenas si hubiera podido hacerlo con mayor refinamiento"
[2].
Prácticamente todo lo que se ha dicho de El proceso, desde su publicación en 1925 hasta el presente, es mera especulación, algo de lo que Brod es en gran parte responsable por la historia que inventó para poder editar la novela. Según Brod, Kafka "consideraba inacabada la novela" porque antes del final "tenían que describirse otras fases del misterioso proceso. Pero dado que el proceso, según opinión expresada verbalmente por el autor, nunca debía llegar a la instancia suprema, en cierto sentido la novela era inacabable, es decir, podía continuar hasta el infinito". Después de afirmar que la novela estaba inacabada, apoyado en el testimonio verbal de Kafka, no había problema en decir que algunos de sus capítulos quedaron sin terminar, sobre todo si se trataba de los capítulos más pequeños, los cuales Brod no publicó porque "no contienen nada esencial para el desarrollo de la acción" y los dejó para el volumen final de la edición póstuma. "Mi trabajo con el grueso legajo que constituía esta novela", escribió en el postfacio, "se limitó a separar los capítulos completos de los incompletos". La parte más fantasiosa de su historia es cuando dice que "En junio de 1920 me llevé el original de novela El proceso y ya entonces la ordené". Una tarea sencilla, según Brod, pues "Los capítulos acabados, con el capítulo final que cierra la obra, dejan traslucir con claridad meridiana tanto el sentido como la estructura de la obra…". No es difícil imaginar cómo sucedieron los hechos en la realidad. Una vez llegó Brod con el paquete del manuscrito a su casa, lo desempacó y trató de organizarlo, pero pronto se dio cuenta, como le sucedió a Pasley y a su equipo de expertos setenta años después, que la estructura de la novela estaba más allá de sus posibilidades, y a la primera oportunidad le preguntó a Kafka por el orden de los capítulos, pero ese era un secreto que Kafka no iba a revelar y, probablemente, le dijo a Brod que la novela estaba sin terminar, que aún no tenía claro cuál era su estructura… 3. La estructura interna Hay capítulos que tienen una estructura interna simple por provenir de un solo capítulo de Crimen y castigo, incluso de una pequeña parte del capítulo, como "Un sueño" que sale del sueño de Raskolnikov del capítulo quinto de la primera parte (5,I), premonitorio de su crimen con un hacha. Decimos entonces que la "radiografía" de un sueño es (5,I). Como regla general, los capítulos pequeños son los más difíciles de descifrar, y salen todos del apéndice: "Fiscal", "A casa de Elsa", "Pelea con el subdirector" y "La casa". El problema es que si falta uno solo de estos capítulos, no se puede hallar la estructura, como cuando al armar una máquina sobra una pieza y no funciona. De hecho, a mí me sucedió con el capítulo "La casa", que no pude descifrar y puse "a ojo" como capítulo 14 ["guiado por mi sensibilidad", como dijo Brod al ordenar la novela], cuando en realidad era el capítulo 12, y eso desorganizó por completo el final de la novela. Mea culpa. La Tabla II muestra las referencias de Crimen y castigo en "Un sueño", que dicen que la "pieza" o "radiografía" del capítulo es (5,I). Luego vienen otras tablas (Tabla III), con sus respectivas radiografías, sin los textos de las referencias para no hacer este ensayo innecesariamente extenso. La Tabla IV trae todas las radiografías o piezas de la estructura de El proceso que se unen entre sí de acuerdo al siguiente principio de composición: "Los capítulos de El proceso que salen de un mismo capítulo o de capítulos contiguos de Crimen y castigo van juntos" (Tabla V). La estructura de El proceso no es una estructura lineal, pero es coherente con la estructura de Crimen y castigo. Y elegante: el capítulo del medio, el noveno de diecisiete, "El tío. Leni", sale exclusivamente de la tercera parte (III) y divide la novela en dos partes, antes y después de que Josef K. contrata los servicios del abogado, que es cuando se complica su proceso "que ya no lo abandona". Como sucede en Crimen y castigo, antes y después de que Raskolnikov visita a Porfirio Petrovitch, y "contrata" los servicios del juez de instrucción. Si bien la continuidad de El proceso no sigue el principio de composición de forma exacta, si lo hace de forma coherente con la estructura de Crimen y castigo, pues los capítulos (6,II) y (7,II) siguen a (2,II), como la tercera parte (III) sigue a la segunda (II), o (1,IV) a (6,III) que es el último capítulo de la tercera parte. Otro hecho notable es que El proceso empieza con la segunda parte de Crimen y castigo y termina con la primera y la última, encontrándose al final de un tortuoso camino las dos novelas, pues "Fin" sale del último capítulo de Crimen y castigo (8,VI). Obviamente, se trata de una estructura terminada a la que sólo le faltó pulir el final de unos pocos capítulos, algo común en las novelas de Kafka, que no resta nada de valor a la obra.
Una vez se descifran los capítulos de El proceso, la continuidad de los capítulos de Crimen y castigo hace evidente la estructura de la novela de Kafka: QED Lo interesante del método de la "estructura interna" es que no necesita hacer suposiciones sobre la temporalidad de los capítulos, que fue la base para los órdenes previamente propuestos.
Referencias: KAFKA, Franz. El proceso, Editorial UNAULA. Medellín, 2005 DOSTOIEVSKI, Fedor. Crimen y castigo, Editorial Porrúa, México, 1981.
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