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  El nuevo proceso
(Introducción y Anexos de El nuevo proceso de Peter Weiss; edición de Argitaletxe Hiru)


Peter Weiss
Escritor
[ Norwaes, Alemania. 1916 - Estocolmo, Suecia 1982. En 1934 emigra con sus padres a Praga. En 1939 se traslada a Suecia, donde adquiere la nacionalidad sueca. Durante años su actividad artística fue la pintura y el cine experimental. Entre su numerosa producción teatral destacan Marat-Sade, Hölderlin, El fantoche lusitano y La indagación. Entre la narrativa, Adiós a los padres y La sombra del cuerpo del cochero. ]


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DRAMA Y TESTAMENTO
Introducción


Alfonso Sastre


Cuando Peter Weiss escribió y puso en escena "El nuevo proceso", ya había llegado a la cumbre de su obra literaria con su monumental novela "La estética de la resistencia", y estaba -él no lo sabía pero podía imaginárselo, pues andaba mal del corazón- a punto de decirnos adiós.
Yo estoy afirmando desde hace algún tiempo que el drama es un género "textamentario", y escribo la palabra así, con X, para construir una palabra mestiza, de texto y de testamento. Todo texto teatral que escribimos -digo yo- tiene un fuerte componente "textamentario", en el sentido de que es la escritura de una -en cierto sentido, agónica- voluntad del autor, a cuyo cumplimiento, en el caso improbable de que se cumpla, él no suele asistir, a no ser que la puesta en escena se haga en los territorios de su vecindad, o que él tenga la vocación más compleja de la escritura y la práctica teatral, y le guste andar entre actores, proyectores y telones.
"El nuevo proceso" es un drama en cuya puesta en escena él participó, y su carácter "textamental" reside más bien en el hecho de que, como acabo de decir, aquel mismo año habría de decirnos adiós. Con "El nuevo proceso" había vuelto al teatro, después de los sinsabores que había tenido tanto con "Hölderlin" -que en el Dramaten de Estocolmo, teatro al que se lo ofreció como primicia, le rechazaron "porque Hölderlin era un personaje desconocido para los suecos" (Peter Weiss mismo me contó esta anécdota)-, como con "Trotski en el exilio", obra que los escritores soviéticos stalinistas rechazaron por considerarla poco menos que trotskista, y los trotskistas por considerarla poco menos que una justificación del asesinato de Trotski.
En "El nuevo proceso" puso Peter Weiss a contribución del drama y de su puesta en escena todo el cúmulo de sus muchos saberes y talentos literarios y dramáticos, y fue, en cierto modo, un regreso al componente vanguardista que un día había aparcado -no del todo- a favor de los rigores propios de una documentación, mínimamente tabulada y políticamente determinada. Es también un homenaje, visible desde el título, a nuestro admirado Franz Kafka, de cuyo "Proceso" ya había hecho antes una versión para el teatro.
Hablando de adioses, pienso que su "Adiós a los padres" es uno de sus textos más admirables; y esto me hace recordar ahora que, cuando en 1982, él mismo nos dijo a nosotros "adiós", yo personalmente sentí frío y soledad. Otras pocas veces he pensado y sentido algo parecido a lo que entonces pensé y sentí: "Estamos más solos todavía".
La lectura actual de este "Nuevo proceso" es un placer, pero también puede formar parte de ese homenaje siempre debido a los grandes escritores revolucionarios como él, que tanto nos acompañan a pesar de la muerte, y tanto acompañarán en el futuro -desde sus "textamentos"- a las nuevas generaciones de la esperanza.


Alfonso Sastre
Hondarribia, junio 1998


ANEXOS


Peter Weiss dramatizó El proceso de Kafka mientras trabajaba en el primer volumen de su trilogía La estética de la resistencia. Inmediatamente después de concluir su novela, en el año 1981, comenzó a escribir la que sería su última obra, El nuevo proceso. Junto a Gunilla Palmstierna-Weiss la llevó a escena el día 12 de marzo de 1982 en Estocolmo.
Josef K es también el "héroe" de esta obra, pero el mundo de El nuevo proceso ya no es el de Kafka, sino el presente. Josef K no es detenido una mañana "sin haber hecho nada malo", Josef K es consejero delegado en un gran grupo de empresas. Su conocimiento de las corrientes políticas e ideológicas vigentes en cada momento, su sentido de la responsabilidad, su comprensión hacia la necesidad de la gente hacen inevitable su ascenso, el ascenso del intelectual a director de la multinacional.
Y también allí donde la multinacional desbanca la competencia en el mercado mundial, K tiene una perspectiva de toda la humanidad: "Si ya no hay competencia, se eliminan también los intereses egoístas. Y entonces estamos sólo al servicio del bienestar general..." Para los militares y el ministro es insustituible. El nuevo proceso que instruyen los poderosos a K como director consiste precisamente en que tenía que representar el rostro del poder "sin haber hecho nada malo".



El nuevo proceso
Peter Weiss


Cuando hace 8 años intenté dramatizar la novela de Kafka El proceso, procuré atenerme lo más posible al texto original. Para mí se trataba de investigar cómo se podía trasladar el monólogo interior del libro, con su realidad onírica, a una forma escénica concreta. No quería añadir o modificar nada en función de la situación actual.

El nuevo proceso emprende un camino completamente distinto. Tan sólo recuerda a El Proceso en el título, los nombres de los personajes, y -como motivo básico- en algunos de los escenarios de la acción. Estos se utilizan a modo de cita, o como una "muestra de respeto" hacia Kafka. La obra está dedicada a Kafka.

Por lo demás, se trata de una obra completamente independiente, en la que únicamente puede señalarse una relación de cierto parentesco con Kafka. Es una obra que tiene lugar en nuestra época y en la que Josef K, y los demás personajes que le rodean, son contemporáneos nuestros.

El transcurso de la acción recuerda, con sus diferentes estaciones en la habitación de la pensión, en los despachos de oficina y las salas de reunión, a sucesos, tal y como lo concibió Kafka, pero situados ahora en otro contexto, sin resonancias místicas o religiosas.

Incluir ese tipo de asociaciones, fuentes históricas, paralelismos espirituales y temas psicológico-musicales forma parte de mi manera de trabajar.

Las personas que aparecen representadas en la obra El nuevo proceso se ven rotas bajo la presión del tiempo histórico e inmersas en violentos conflictos interiores. Intentan o bien adaptarse por todos los medios a las reglas de la sociedad capitalista o bien liberarse de sus imposiciones. Todos, salvo Leni y Titorelli, se han alienado de sí mismos. La señorita Bürstner representa la opresión de la mujer en la "sociedad de hombres". En su carrera ascendente se ve obligada a disimular su posición y participar en una trama de engaños, para poder mantenerse siquiera, hasta que finalmente es excluida cuando ya no se le necesita.

Se muestra la jerarquía del mundo de los negocios, desde la pequeña empresa hasta el monopolio multinacional, con la feroz dinámica de arribismo y oportunismo, del desarrollo gradual de la noche. Cuanto más nos acercamos al lenguaje directo del poder, a la progresión de los dirigentes hacia el imperialismo, más clara es la relación con los inmensos peligros que hoy ensombrecen nuestra vida.

Josef K es cada vez más consciente de esta evolución. Inmerso al principio en el mundo de los negocios, se ve poco a poco acosado por la duda. Pero antes de que pueda reconocer hasta qué punto se ha engañado a sí mismo, se ve él también ignorado.

Con sus ideales, su anhelo de mejoras, sus visiones acerca de las grandes injusticias y el "vampirismo"* que se están dando en todas partes, ha sido utilizada por sus superiores: han hecho de su humanismo su coartada.


Publicado por primera vez en sueco en: Peter Weiss, Nya ProauM, Dtt-. maten Arbetsbok, Estocolmo 1982, p. 2. La edición corre a cargo de Gunilla Palmstierna-Weiss, Peter Weiss y Anita Brundahl. El texto que se reproduce aquí corresponde a la versión alemana original. (N. del T.)

* Traduzco el término alemán "Ausbeutung" por "vampirismo", tal como sugiere la versión francesa, por tratarse de un concepto que aparece de forma recurrente en la obra de Strindberg y que Peter Weiss adoptó también. (N.del T.)



El estilo
Peter Weiss


El escenario teatral es ya en sí una abstracción.
Un juego naturalista; existe un anacronismo en el ejercicio de las réplicas, del empleo de la voz, de los movimientos y de los gestos.
El teatro "natural" siempre ha alterado mucho la realidad -el teatro de la Antigüedad- el teatro de los pueblos africanos, asiáticos y latinoamericanos.
Una superación de la realidad: crear un espacio propio que tenga sus propias leyes (la voz "falseada", los movimientos cada vez más pronunciados, el ritmo propio de la actuación naturalista), con abundancia de detalles reconocibles, con voces que sean parte de nuestro día a día, puede ser conveniente en determinados textos.
Teatro de cámara oscura - teatro de ficción - copia de lo cotidiano - extrapolación museística de acontecimientos de nuestra vida diaria - para ser presentados de forma fotográfica.
Cuando el escenario contiene fuertes elementos abstractos, de forma que el curso de los acontecimientos, las relaciones y lo que se dice adquieren un valor distinto al que tienen habitualmente, hemos de encontrar un estilo que le sea apropiado.
Mucho de lo que se dice, "se cita"
o "se eleva a otro nivel"
o "se recita"
o "se expresa en forma de obra coral".
Entre medias, a modo de cortes, puede haber breves fragmentos con rápidos diálogos que si bien resultan casi "cotidianos", se expresan inmediatamente de otra forma, "atípica, no corriente".
Los movimientos recalcan las palabras
las palabras se vuelven estridentes mediante los movimientos.
Por lo tanto: se trata de "demostrar el curso de una acción", de representarlo no con empatía, sino sobre todo con técnica. De una forma lograda: con dominio del cuerpo, con técnica declamatoria.
Primero ha de leerse el texto: como acto científico. Investigando. Analizando.
Contra los "sentimientos". Las fuertes emociones deben interpretarse, no vivirse. ¡Los cambios repentinos que se dan dentro de los personajes han de representarse técnica, no psicológicamente!
Por ejemplo, el largo parlamento de la señorita Montag en la escena 24: mejor demagógico que afligido. Pero naturalmente tiene que arrastar al espectador. Eso sí, sin conmocionar. Efectividad mediante brillantez intelectual.
En resumen: teatro realista, pero no naturalista.


op. cit., p. 22 y ss. El texto es una traducción del original en sueco realizada por Jórg Scherzer, (N. del T.)





©Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 1988
©de la traducción: Marta Fernández Bueno
©Argitaletxe Hiru, S.L.


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